Con Ary nos conocemos hace mucho tiempo. Primero en
coincidir algunos pasillos de la vida, después del club, de la secundaria, del
fútbol y terminamos en el mismo grupo de amigos. Cuando lo conocí no entendía cómo podía hablar con todo el mundo. Con los años
me di cuenta que lo hacía por una simple razón, no tenía miedo a burlarse de si
mismo. Quien encuentra esa veta tiene un poder ilimitado, porque al no quedar
mal parado difícilmente te tumben.
Ary es el tipo con más cultura que conozco, a eso le
agrega el explicarte las cosas con la sencillez de un almacenero y no tener
problemas al reconocer cuando algo excede sus conocimientos. Tres factores que
raramente se ubican en una misma persona.
Pero sobre toda las casas, Ary es de esos que están
siempre. Para acompañar, para ayudar y para devolverte paredes tanto en el
fútbol como en el humor. Es por eso que sus amigos queremos verlo contento y
feliz, porque se lo merece.
Creo que con tanta introducción pocas palabras quedan
para explicar el por qué de esta entrevista. Yo los invito a conocerlo, a
leerlo, escucharlo y entender los motivos por los cuales me fui hasta la cancha
donde iba a jugar, con una hoja y una birome en la mano. Pasamos la decena de
reportajes y este ser tenía que estar dentro del 11 inicial.
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Profesor
universitario y vendedor de artículos de promoción publicitaria. Soltero.
Lector y degustador del arte en casi todas sus formas. Deportista. Vicios
venales varios, todos legales. Señas particulares: algunas más que otras
(camisas “locas” incluidas).
1 - ¿Qué
te gustaba hacer de chico/a? ¿Cuáles de esas cosas todavía hacés?
Imaginar
escenarios imposibles en mundos posibles. Jugar, en sus variadas
presentaciones: deportivas, con elementos de mesa, cantar sin voz bajo la ducha
(el agua se desviaría en caso de no implementar esta opción; quienes han tenido
la desgracia de escucharme saben a qué me refiero) y con otros niños (los hijos
de mis amigos o familiares).
2 - ¿Cómo
son tus peores miedos? (ideas, formas, sensaciones, etc.)
El
descontrol, la ausencia de libertad y el desorden manifiesto me generan
molestias físicas. Los accidentes vehiculares me perturban por la estupidez que
llevan implícita –el 99% no son accidentes por evitables– y me generan un
estado de atención constante que se torna en hastío al prolongarse. Las
alabanzas de más de cinco personas a la vez me generan cosquilleos de
incomodidad incontrolable (“¿Por eso el sexo grupal es algo infrecuente en tu
vida?”, pregunta uno. “Sin comentarios”, ¿responde? el entrevistado).
3 - ¿Qué
sueño sí o sí tiene que salir de la cajonera?
Una
serie de elementos relacionados con la escritura. De forma simplificada sería vivir
con, para y, principalmente, de ella. Hay otros, pero son todos fácilmente
realizables y no tan complejos como el mencionado.
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