Nos encontramos con Irene Goldfeder en un bar de la querida Villa Crespo, cerca de la cancha de Atlanta. Como es costumbre, desde que nos conocimos en el taller literario de la gran maestra y escritora Graciela Repún, las primeras frases fueron marcadas por libros leídos y dignos de recomendar. Hablamos sobre lo que cada uno está escribiendo, material que ya nos pasaremos para corregirnos, hasta que saqué el papel que traía en mi mochila.
-Traje para hacerte una entrevista -le dije.
-¿A mí? ¿Por qué? -me interrogó.
-¿Y por qué no a vos? -contesté con otra pregunta, como buen judío.
El segundo reportaje del blog estaba en camino. Mientras tanto, en otra parte del bar, dos cafés se preparaban para encontrar su destino.
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Soy un poco despistada y esto es culpa de la
ciudad donde nací.¡La plata tiene tantas diagonales que anda a encontrar el
Norte! Y así fue que salí a buscarlo. Primero lo hice en forma de viaje, con
mochila en la espalda y ojos bien abiertos. Hace un tiempo que lo busco en esta
ciudad, escondido en las palabras. Por eso leo mucho y escribo aún más... Entre nos, eso de buscar
y seguir buscando es mi forma de no estar perdida en un laberinto de
diagonales.
1- ¿Qué te gustaba hacer de chico/a? ¿Cuáles de esas cosas todavía hacés?
Me recuerdo niña jugando con mi amigo Maxi. Me encantaba juntarme con él por las tardes, cuando llegábamos de la escuela, y transformar mi cuarto en un castillo o en un inmenso barco. Usábamos las sábanas, los almohadones. Todo servía para armar el escenario de nuestras historias.
1- ¿Qué te gustaba hacer de chico/a? ¿Cuáles de esas cosas todavía hacés?
Me recuerdo niña jugando con mi amigo Maxi. Me encantaba juntarme con él por las tardes, cuando llegábamos de la escuela, y transformar mi cuarto en un castillo o en un inmenso barco. Usábamos las sábanas, los almohadones. Todo servía para armar el escenario de nuestras historias.
Pasábamos horas
construyendo el juego, repartiendo roles... muchas veces llegaba la hora de
tomar la leche y el castillo/ barco quedaba abandonado para ser nuevamente
sabana o almohada tirada en el piso.
Más tarde yo leía un libro de mi biblioteca y
Maxi escuchaba...otras veces hacía que leía e inventaba historias sólo para ver
sus ojos latiendo los cuentos. Cada vez que él hacia alguna pregunta yo
inventaba más y él siempre creía o se hacía él que creía....
Me parece que en esos años de infancia, en las
tardes con Maxi, aprendí a mirar las palabras y sentirme rodeada de silencios
que hablan...
2- ¿Cómo son tus peores miedos?
(ideas, formas, sensaciones, etc.)
Siempre me da miedo caerme...y ojo que estoy hablando de algo literal. Caerme de una escalera, de una ruina, caerme al subir una montaña, caerme al caminar por la calle Florida....caerme soñando y despertarme en el suelo.
Siempre me da miedo caerme...y ojo que estoy hablando de algo literal. Caerme de una escalera, de una ruina, caerme al subir una montaña, caerme al caminar por la calle Florida....caerme soñando y despertarme en el suelo.
Una vez me caí en un pozo ciego...era muy
pequeña, tenía tres años. Caminaba junto a mi hermana y caí en el pozo. Andrea intentó sacarme
pero apenas era una niña de ocho años.
No tenía fuerza para tal hazaña. Lloraba mientras me tomaba de la mano. Por
suerte pasó cerca nuestro un señor y me alzó en sus brazos.
Quizás por eso me da miedo caerme...Pero tengo
un miedo aún peor, que me deja sin aire.
Es un miedo mezclado con mucha vergüenza o un vergüenmiedo: cada vez que me
caigo o imagino que me caigo pienso que todos se pueden dar cuenta, se pueden
reír, burlarse de mí. Estoy convencida que lo único que puede salvarme en esos
momentos es desaparecer, hacerme transparente, volar de la escena...
3- ¿Qué sueño si o si tiene que salir
de la cajonera?
Los sueños que tienen que salir de la cajonera tienen que ver con la escritura... con soltar, dejar que las historias crezcan, que los personajes hablen, tengan vida más allá de mí.
Los sueños que tienen que salir de la cajonera tienen que ver con la escritura... con soltar, dejar que las historias crezcan, que los personajes hablen, tengan vida más allá de mí.
Escribir algo que realmente valga la
pena, algo importante que contar y encontrar mi manera de hacerlo.
Y mientras tanto a explorar mucho y si
me caigo que no me importe, total puedo volver a levantarme y seguir.
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