martes, 29 de mayo de 2012

Cuatro Paredes


En clown no existe la cuarta pared, esa es una de las diferencias con el teatro tradicional. El clown comparte todo con el público, ellos son su motor, el sentido de la búsqueda. Los une la risa y la emoción, el juego y las ganas de divertirse. El clown nunca puede perder de vista a la gente, porque sería como perderse a si mismo.
Estas son algunas de las cosas que fui aprendiendo en los últimos meses. Una filosofía que se extiende por el cuerpo y traspasa el escenario.
Yo tengo cuatro paredes rígidas a mí alrededor, cuatro paredes que tienen un sistema mecánico por el cual suben o bajan. Esto me permite ver un poco más allá; los días en que la brisa es fresca y el sol te pega en la nuca. Pero también opaca la visión; los días en que la lluvia finita te moja la cabeza y el ruido de los autos te aturden hasta la nariz.
Sueño con un día en el que esas cuatro paredes no existan más, un día donde el horizonte sea tan circular y tan largo que no me alcancen los anteojos para llegar a verlo entero. A veces creo que la forma de lograrlo es a pura patada. Otras pienso que se caerán solas en cualquier otoño. Pero la mayoría de las veces, el corazón late fuerte y desesperado por qué no tiene idea de cuánto tiempo durarán ahí, inamovibles (más allá de subir o bajar).
A pesar de las palabras precisas, de los pensamientos constantes, del viento creciente que arrastra los días, lo más triste (y lo más hermoso) es que los colores están allí. Nadan, corren, saltan, se tiran del tobogán y comen manzanas acarameladas, con toques de pochoclo dulce.
No sé si en algún momento de la vida esas cuatro paredes desaparezcan. Tal vez bajen un poco más que de costumbre y esa sea la señal para intentar trabarlas (o saltarlas). Lo cierto es que no puedo dejar de buscar una respuesta… ahora que lo leo, eso no está tan mal.

jueves, 24 de mayo de 2012

Petit Reportage #1

Se me ocurrió hacer reportajes a gente conocida... por mí. Amigos, compañeros, familiares, vecinos, personjes inventados, etc. Quería que, aunque sea con un par de detalles, ustedes me permitieran conocer un poco más de su mundo interno (por lo menos en los temas que más me interesan). De ahí surgió este pequeño reportaje, simple y directo.
Nos juntamos con mi amigo y compañero de trabajo, Juan Manuel Colomer, en plena plaza San Martín. Él tenía en su mano una moneda de cincuenta centavos. Yo, en cambio, iba con mi hoja de word recién impresa.
Moviendo el papel cual bandera, le fui contando la idea que tenía. Sin ahorrar las vueltas que suele dar, ante cada tema, finalmente aceptó en ser el primer invitado del blog. Así que mientras caminábamos por la plaza, buscando una fuente donde pedir deseos, Juan se dedicó a contestar cada una de las preguntas (o pedidos) que tenía para hacerle. Una vez que terminamos, y antes de volver al trabajo, Colomer se dio vuelta, cerró los ojos y tiró (hacia atrás) la moneda en medio de un mar de palomas que salieron volando.
Aquí abajo les dejo lo que es la primera entrevista que hago en mi vida. Espero que a Juan se le cumplan todos sus deseos o que a las palomas le sirvan los cincuenta centavos.

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Nací hace 30 años en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aunque por aquellos días no era tan autónoma. Me gusta tanto la música que nunca intenté tocar ningún instrumento. Y me gusta tanto el fútbol que nunca me fui a probar a ningún club.

1-      ¿Qué te gustaba hacer de chico/a? ¿Cuáles de esas cosas todavía hacés?
 De chico me gustaba mucho volver del colegio, almorzar y disfrutar de una buena siesta. El tiempo pasó y la siesta hoy es tan solo un recuerdo. Ni siquiera los fines de semana le rindo tributo. Una de las pocas cosas que me gustaba hacer cuando era chico y que todavía hoy hago son los domingos de pastas y futbol. Ya sea yendo a la cancha o disfrutando de los partidos por televisión y/o radio.

2-      ¿Cómo son tus peores miedos? (ideas, formas, sensaciones, etc.)
Mis peores miedos son oscuros. Son voces inexistentes que aparecen desde mi interior. La sensación de tener que esperar algo que nunca llega. Y sobre todo sentirme encerrado, con el piso moviéndose y el techo cada vez más cerca de mi cabeza.

3-      ¿Qué sueño si o si tiene que salir de la cajonera?
 El sueño que si o si tiene que salir de la cajonera es montar una obra a nivel profesional. Dejar las muestras para amigos y familia y tirarse de lleno a la pileta de la actuación. 






miércoles, 16 de mayo de 2012

Frases colgadas del tender #1

Hay miles, bueno no, cientos... tampoco. Hay algún que otro momento en que uno siente que tiene frases reveladoras, micro pensamientos que valen la pena ser escritos. Cree que al releerlos, la visión será más clara y todo irá decantando en un mismo destino... Pero no.
Estas frases colgadas del tender van sin retoque, como salieron, cosas que en su momento tenían sentido y ahora no las entiendo (pero algo quedará!):

- Mi vida es como el frente de un edificio, una vez que lo están terminando de pintar, se larga la lluvia y tira todo para atrás.

- En un depósito de chatarra siempre se puede encontrar algo que puede salvarnos el día.

- A pesar que los edificios están llenos de cables que se comparten, uno a duras penas conoce a sus vecinos.

- Para ser quien uno quiere ser, primero debe ser quien es.

- No siempre se puede tener razón… y tampoco importa.

- No hay un ritmo más frenético que el de la ropa danzando en la soga de colgar. Sin embargo, a pesar de su energía no llegan a ningún lado. Simplemente se está secando.





martes, 15 de mayo de 2012

Lunes al Mediodía

Lunes al mediodía, comenzar a escribir por las ganas de soltar el toro atado (imaginariamente) a una palmera. La costumbre de los días que uno mismo encierra en la cotidianeidad. Solo basta ver un poco más arriba para encontrar un sitio despejado, libre para ser usado. Cuando puedo transito por ahí, esa es la idea... perdón no es una idea sino una forma de ser. Sin demasiado apuro voy conviviendo con mi idiosincrasia. Cada vez enojándome menos. ¿En qué momento perdí la frescura de la infancia?, en realidad sé cuando fue pero no entiendo por qué tarde tanto en reencontrarla. No importa.

¿Cómo un hecho puede modificar tanto a una persona para que pueda recuperarse? Sin embargo, no es un hecho cualquiera, es una especialidad de la vida que te brinda una nueva esperanza. Un ser que cambia tus costumbres y arrasa con tus pensamientos, esto te permite abruptamente romper con el denominador común.
Sentir la construcción en tus propias manos y llevarlo a cada instancia de tu vida, a cada realización sea grande o pequeña.
Todo es trabajo y el trabajo te garantiza estar despabilado para tratar de aprovechar el tiempo sin tanta frustración.
Es lindo disfrutar con quienes amás, pero más lindo es realmente hacerlo a pesar de tanta podredumbre: interna y externa. Es el mundo que nos toca vivir; la diferencia esta en el día a día y en la satisfacción personal que logremos (sin joder a los demás).

jueves, 10 de mayo de 2012

Carta Abierta


Cuando uno tiene mucho para decir y no dice nada, la nostalgia de algo que pudo haber sido sobrevuela los pensamientos. Error común, aunque terrible. Nadie puede añorar que podría haber sido, en el caso que hubiera hecho tal o cual cosa, en determinado momento. Nosotros somos nuestras propias acciones y decisiones, pero también tenemos la posibilidad de parar un segundo (cada vez que nos vemos envueltos en días y noches similares donde la “Falta” es algo angustiante) y cambiar el curso aunque sea en un pequeñismo ángulo.
El mayor interrogante es como hacerlo y la mayor complicación es no tener una respuesta única tal receta o medicamento. No sólo en general, sino también en particular, porque esa “Falta” muta en diferentes instancias de nuestras vidas.
Tal vez, y esta es mi opinión elaborada simplemente por la búsqueda de algo más (inconstante, pero búsqueda al fin), es eliminar los sueños de “algún día” y transformarlo en “hoy” estoy escribiendo u “hoy” estoy filmando u “hoy” hablo con algún amigo sobre mis problemas, etc. Desde lo más complejo a lo más simple o viceversa. El realizar aquello que nos gusta, que nos divierte, que nos hace sentir bien. Pensar que cuando una situación nos amarga el día o nos hace sentir desganados, simplemente nos esta ayudando a ver que cosas no queremos, para poder contrarrestarla con una acción o una palabra.
El no poder implica, tener miedo. Y el miedo (se los digo por experiencia) es un sentimiento que se manifiesta en hechos cotidianos (tener miedo a:  haber cerrado mal una puerta, haber mandado mal un mail, haber dicho algo que haya molestado, haberse equivocado en el trabajo. Como verán siempre es el “Haber”, que en este caso implica suponer. Porque cuando algo realmente sale mal, siempre lo resolvemos).
Por eso mismo, saber que el miedo es simplemente un sentimiento, nos va a permitir aislarlo. No eliminarlo porque eso es imposible y no sirve, pero si utilizarlo a nuestro favor y no utilizarlo como excusa (directa o indirectamente).
Cada momento critico es una posibilidad. Al sufrir la Guerra Civil Española, Picasso decidió pintar el “Gernica”. O por ejemplo, Cortazar escribió “Circe” para exorcizar sus ataques de Pánico. Siempre hay que buscar la forma de expresar nuestras necesidades, porque es la única manera de no lamentarse, de no guardarse nada y de decidir por uno mismo.
Creo que la próxima llegada de Matias (mi hijo), me ha permitido comenzar a excavar un poco más en mi interior y empezar a conocer mis fundamentos, de que estoy hecho. Dejar de lado sueños por si solos y convertirlos en lo que me gusta hacer.

Tomen estas palabras de la manera que mejor les sirva y piensen al final del día antes de irse a dormir, que cosas los pusieron contentos. Esas son las que deben seguir.

Sebastian Burecovics

miércoles, 9 de mayo de 2012

Frío Seco


Frío seco, transpiración, ahogo corporal, la piernas tiemblan, el resto del cuerpo liviano, la sangre se va a los pies, cabeza aturdida, desesperación, necesidad, miedo. Me siento sólo, apunto de perder algo que me importe, ganas de resolverlo, sin nada para hacer, salvo incrementar el miedo de la cabeza, del cuerpo, angustia, más transpiración, frenado. El miedo queda latente, calentando la piel como el hielo seco, pensando siempre lo peor, con miedo por mi hijo.
Esperar que la angustia cese y me vuelva a sentir normal.
¿Qué pasará?, acaso puedo saberlo. ¿Se transformarán mis miedos en realidad? No lo sé, nadie puede saberlo. Si siempre pienso lo peor, el día que pase voy a ratificar mis sensaciones, ¿pero todos los demás días en los que estuve equivocado? Hay algo que no cierra, esto no es una regla, no es algo mágico. A todos nos puede pasar todo, en cualquier momento. ¿Sirve controlar que este todo bien? Primero, eso es imposible, y después, cuanto se pierde por estar revisando algo una y otra vez, cuanto dejas de hacer, cuanto conviene encerrarte en un miedo que ahoga.
Miedo es la palabra, no temor, miedo, que entra por la garganta y va quemando el cuerpo a medida que baja, para quedarse en los pies y dejarte sin aliento, sin ganas.
El miedo es parte de mí, no yo de él, no puedo volver atrás, tengo que confiar, esperar que baje y seguir, esperar que baje y seguir.

martes, 8 de mayo de 2012

Post 0

“Ahora, después” era una composición de palabras muy usada por mí. Solía ser una respuesta, una intención o una simple definición.

Con el tiempo, y mucho trabajo encima, dejé de usarla. La guardé en el tintero, en el cajón de abajo, en la cajita de metal heredada de alguna abuela o como a ustedes les guste llamarlo. Recién volví a desempolvarlo en el último mes y fue cuando la idea de este blog me vino a la cabeza.

Tanto facebook como twitter fueron un despertar de conciencia, un desabroche espiritual donde dejé que los dedos se desahogaran a su antojo. Sumergí mi adicción a las palabras, al pronunciarme, al contar que pensaba, que quería, que opinaba y lo hice (casi) sin restricciones.

Algunos les gustó, a otros les pareció demasiado, y para unos fue una mancha más en la cantidad de mensajes que aparecían en su ordenador (me gusta como las traducciones españolas le dicen a las computadoras).

Ante tanta fluidez, un algo fue tomando forma. Unas ganas de escribir un poco más (luego del olvidado blog “El aplauso” al que nunca le tuve mucho interés).

Revisando textos viejos, pero estos guardados en archivos de la PC, me di cuenta que había toda una etapa de mi vida en la cual encapsulé los pensamientos. Toda una sección a la que bien podía llamar “ahora, después”.

Las ganas que tenía de hacer, el empuje que me daba la constancia, el trabajo y la creatividad (el ahora); mucho tiempo fue dominado por una pared construida por miedos, ansiedad y hasta pánico (el después).

La imaginación puede ser constructiva o destructiva. Y si la llevás a un pensamiento oscuro, donde uno es el responsable de todo, donde la culpa de “lo malo que vendrá” cae como un martillo sobre la cabeza, es evidente que la trituradora no te va a dejar funcionar.

Pero… nada es tan determinante y los seres humanos además de falibles, tenemos la condición de buscar agua aún en los pozos más secos. Muchos de los textos que pondré aquí hablarán de esa desesperación. Otros van a intentar encontrar explicaciones. Varios sólo serán ideas sueltas que fueron surgiendo.

Y como esto es “ahora, después” y el tiempo no se detiene, la idea es escribir también desde el hoy, desde lo que surja en cada momento.

Es mi placer. Son mis ganas. Y es mi blog. El que quiera leerlo, que lo lea; el que no, no. Me va a gustar más si lo hacen, claro que si, pero estoy escribiendo para subsistir, para usar mi linda imaginación (¡que es lo mejor que tengo!).