jueves, 28 de junio de 2012

Heredero de las hadas… y de lo fantástico


“Los dragones emergieron como inmensas ballenas. Por un instante sus poderosos cuerpos se suspendieron fuera del mar, giraron y se zambulleron detrás de ella con estruendo. La entrada al agua fue perfecta”

Con estas primeras líneas Leo Batic ya nos sumerge en un mundo fantástico. Un mundo que se mezcla con el real en cortes muy pronunciados de la historia. Tanto la Europa a punto de entrar en la segunda guerra, como la actualidad anclada en nuestro país (Argentina) son los puertos elegidos por las hadas y su mitología.
Como detrás de un telón camuflado este universo de criaturas vive, trabaja y se desarrolla en las sombras de una humanidad que, salvo excepciones, es incapaz de ver.


En “Heredero de las hadas, el último reino” el escritor deja llevar su mano para mostrarnos un mundo en conflicto. Nos trae, como muchos otros autores, el límite a punto de explotar, la gran pelea universal entre el bien y el mal. Lo malvado enquistado en un hada maldita y el salvador, esta vez en versión femenina, que debe hacerse cargo de su destino.

Leo Batic suma una basta cultura lectora y une personajes trazados por otras plumas. Brujas, enanos, orcos, elfos y demás seres fantásticos navegan por este libro. Sin embargo, la historia no es una reproducción de las otras, no es un repetir información. Batic toma estos instrumentos para tallar su propio relato.

Las partes donde la trama nos lleva a la Polonia de 1939 son las más complicadas del libro. A gusto personal, tanta descripción desacelera, traba y desorienta al lector. Aunque, sin ir tanto a los detalles, uno puede entender lo que sucede.

En cambio, cuando la historia pasa por la heroína, sus tías y su adolescencia, el contorno enriquece aquello que se lee. Los problemas comunes de una chica a esas edad, se fusionan con la necesidad de crecer de golpe y responder a las presiones que se descubren a su alrededor (algo que suele pasar en la realidad de muchos chicos, quienes también muchas veces se ven obligados a salvar “sus” mundos).

Me gusta la capacidad de unir cada condimento en pos de lo que nos quiere mostrar. La forma de ir administrando la información y la idea de ir madurando con el texto.

Todo parece indicar que el heredero de las hadas tiene mucho más para ofrecernos…

lunes, 25 de junio de 2012

Frases colgadas del tender #2

Siguen las frases lanzadas al aire, atrapadas antes de tocar el piso, lavadas a mano y puestas a colgar en este bendito tender.
Tienen un segundo de delirio, éxito, revelación y es cuando aprovechan para asegurarse un lugar en el word. Al tiempo, son leídos en voz alta y la mayoría cae al precipio... Pero toda caída puede originar una bola de nieve, rodar, crecer y llegar a algún puerto.

- Una ventana que esconde una silla vacía, no puede esconder su soledad.

- Egoísmo es hacer las cosas que uno tiene ganas, sin pensar en qué dirá el otro. Pero si el egoísmo es constructivo, ahí es donde está la diferencia.

- Primero dejamos de salir a jugar, hoy ni siquiera miramos al caminar.

- No todo lo que corre por la cabeza merece ser escrito.

- Hay ciertos lugares que suelen ser tu mundo y varios años después se convierten en fachadas.

- Lo más difícil es ser un revolucionario de tu propia vida.

jueves, 21 de junio de 2012

Trampas para ratas


Camino siempre en una dirección, tanto para ir como para venir. Camino siempre pensando que se a donde voy, o sabiendo a donde tengo que ir. Pero a pesar de la repetición cotidiana, no hay dos caminos iguales.
Hay días en que me deslizo, en que patino y el aire se corta con mis brazos. Es como si fuera parte del video clip de “Immigrant Song” de Led Zeppelin y me llevara todo por delante (sepan entender, soy como Benjamín Button. Primero fui viejo y ahora estoy entrando en la adolescencia).
Pero cuando todo se pone gris y baja la niebla, siento que estoy rodeado por un sendero de trampas para ratas. Cada paso puede ser letal. Y al mismo tiempo, cada paso es inevitable. El sufrimiento está ahí, cerca, acechando y yo sin saber cómo evitarlo. Trato de buscar saltos, movimientos, contorsiones, rituales que te permitan llegar bien a destino. Pero dudo que pie mover, cada estrategia viene rodeada de posiciones más peligrosas.
No sé si es porque crecí, porque pude levantar algunas sábanas que escondían muebles o por algo tan simple como el aburrimiento… Desde hace poquito tiempo decidí cerrar los ojos y guiarme por el instinto. Avanzar por el campo minado como si se tratara de un viñedo especializado en vino patero, pisando tan fuerte como pueda y divirtiéndome cuando lo hago.
En cada vuelta que doy a la esquina, busco ir en contra de las trampas para ratas y sus cantos de sirena. 

lunes, 18 de junio de 2012

Petit Reportage #2


Nos encontramos con Irene Goldfeder en un bar de la querida Villa Crespo, cerca de la cancha de Atlanta. Como es costumbre, desde que nos conocimos en el taller literario de la gran maestra y escritora Graciela Repún, las primeras frases fueron marcadas por libros leídos y dignos de recomendar. Hablamos sobre lo que cada uno está escribiendo, material que ya nos pasaremos para corregirnos, hasta que saqué el papel que traía en mi mochila.  

-Traje para hacerte una entrevista -le dije.

-¿A mí? ¿Por qué? -me interrogó.

-¿Y por qué no a vos? -contesté con otra pregunta, como buen judío.  

El segundo reportaje del blog estaba en camino. Mientras tanto, en otra parte del bar, dos cafés se preparaban para encontrar su destino.

-----------------------------------------------------

Soy un poco despistada y esto es culpa de la ciudad donde nací.¡La plata tiene tantas diagonales que anda a encontrar el Norte! Y así fue que salí a buscarlo. Primero lo hice en forma de viaje, con mochila en la espalda y ojos bien abiertos. Hace un tiempo que lo busco en esta ciudad, escondido en las palabras. Por eso leo mucho  y escribo aún más... Entre nos, eso de buscar y seguir buscando es mi forma de no estar perdida en un laberinto de diagonales.

1- ¿Qué te gustaba hacer de chico/a? ¿Cuáles de esas cosas todavía hacés?

Me recuerdo niña jugando con mi amigo Maxi. Me encantaba juntarme con él por las tardes, cuando llegábamos de la escuela, y transformar mi cuarto  en un castillo o en un inmenso barco. Usábamos las sábanas, los almohadones. Todo servía para armar el escenario de nuestras historias.
Pasábamos horas construyendo el juego, repartiendo roles... muchas veces llegaba la hora de tomar la leche y el castillo/ barco quedaba abandonado para ser nuevamente sabana o almohada tirada en el piso.
Más tarde yo leía un libro de mi biblioteca y Maxi escuchaba...otras veces hacía que leía e inventaba historias sólo para ver sus ojos latiendo los cuentos. Cada vez que él hacia alguna pregunta yo inventaba más y él siempre creía o se hacía él que creía....
Me parece que en esos años de infancia, en las tardes con Maxi, aprendí a mirar las palabras y sentirme rodeada de silencios que hablan... 

2- ¿Cómo son tus peores miedos? (ideas, formas, sensaciones, etc.) 

Siempre me da miedo caerme...y ojo que estoy hablando de algo literal. Caerme de una escalera, de una ruina, caerme al subir una montaña, caerme al caminar por la calle Florida....caerme soñando y despertarme en el suelo.
Una vez me caí en un pozo ciego...era muy pequeña, tenía tres años. Caminaba junto a mi hermana  y caí en el pozo. Andrea intentó sacarme pero  apenas era una niña de ocho años. No tenía fuerza para tal hazaña. Lloraba mientras me tomaba de la mano. Por suerte pasó cerca nuestro un señor y me alzó en sus brazos.
Quizás por eso me da miedo caerme...Pero tengo un miedo aún peor,  que me deja sin aire. Es un miedo mezclado con mucha vergüenza o un vergüenmiedo: cada vez que me caigo o imagino que me caigo pienso que todos se pueden dar cuenta, se pueden reír, burlarse de mí. Estoy convencida que lo único que puede salvarme en esos momentos es desaparecer, hacerme transparente, volar de la escena... 

3- ¿Qué sueño si o si tiene que salir de la cajonera?

Los sueños que tienen que salir de la cajonera tienen que ver con la escritura... con soltar, dejar que las historias crezcan, que los personajes hablen, tengan vida más allá de mí.
Escribir algo que realmente valga la pena, algo importante que contar y encontrar mi manera de hacerlo.
Y mientras tanto a explorar mucho y si me caigo que no me importe, total puedo volver a levantarme y seguir.


jueves, 14 de junio de 2012

Anhelos (o el soñar mientras hacemos lo que nos gusta)


Hace cosa de dos meses, estaba con mi hijo mayor jugando a la play en casa cuando de repente… me llega un mail diciendo que “Anhelos”, a partir de ese sábado, iba a estar a las 20 hs.

“Anhelos” es un espectáculo de clown donde 9 actores y 4 músicos, durante una hora, nos invitan a su mundo construido en una de las salas de Espacio Aguirre (Aguirre 1270).
En una conjunción de movimientos, colores, narices rojas y un salpicar de caramelos; cada uno de estos personajes juega a ser otro, mientras nunca dejan de ser ellos mismos. Nos cuentan cuáles son sus sueños, los dibujan con sus cuerpos y los viven en ese vínculo difuso que existe entre la realidad y la fantasía. Comparten las ganas de los demás y se relacionan, apasionadamente, como la pequeña comunidad que son. En cada nueva historia van dando vueltas las ganas de cambiar (a veces a cualquier precio), el buscar independizarse, el encontrar el amor, la lucha por un bien común, el querer pertenecer o el depositar el corazón en pos de un único proyecto (esperando que florezca). Hay un instante hermoso donde los clown comparten con el público “una energía que no se repite”, como nos dicen al explicar que nunca más volverá a generarse ese espacio y esa misma gente. Cada uno puede dejarse llevar por sus propios anhelos y sentir como esas sensaciones tejen un manto que nos protege y acaricia, aunque sea por unos escasos minutos.
Sentados en las gradas, primera fila elegida por el pequeño, disfrutamos especialmente de las locuras de “La Garza” (con ese desequilibrio delirante y responsable, sin olvidarse de lo festivo) y la delicadeza de “Mister Músculo” (con ese amor contenido y las ganas de crecer más allá de su cuerpo).
Fuimos sin pensarlo demasiado y volvimos demasiado contentos!

ESPACIO AGUIRRE
Aguirre 1270
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4854-1905 - 4857-9669
Web: http://www.marcelokatz.com.ar
Entrada: $ 50,00 / $ 40,00 - Viernes - 23:00 hs
Entrada: $ 50,00 / $ 40,00 - Sábado - 20:00 hs


martes, 12 de junio de 2012

Teoría sobre Adicciones y Trastornos


Los trastornos, como por ejemplo la ansiedad y la obsesión compulsiva, son un tipo más de adicciones al igual que las drogas. Funcionan del mismo modo, tratando de envolver a quien las padece en un estado de seguridad ante el mundo interior y exterior. Casi al mismo tiempo, a medida que crece la dependencia, causa sufrimiento ante la creencia de imposibilidad de cambio o recaídas.
Si bien en la sobredosis hay una reacción corporal que puede ser involuntaria, a diferencia del suicidio, en ambos casos estos tipos de adicciones van desgastando a la persona, tanto física como psicológicamente, aumentando las posibilidades de deterioro o muerte.
La desesperanza y la falta de motivaciones para la vida son un rasgo en común, al igual que la utilización de la enfermedad para evitar la confrontación con uno mismo y las circunstancias que lo rodean. Todo termina siendo sufrimiento o engaño para evitar ese sufrimiento, que a su vez genera más sufrimiento. Un círculo vicioso que parecería, para el paciente, no tener fin.
La terapia debería ser muy similar. El hecho de trabajar la abstinencia, a la vez que vamos demostrando como las construcciones creadas no tienen porque ser verdaderas. Un re-aprendizaje de la persona en todos los sentidos: la mente, el cuerpo y el alma (las ganas, la esperanza, la búsqueda de situaciones de placer y de sentirse bien con uno mismo. La confianza). En todo momento habrá recaídas y eso debe ser tratado como una forma normal de reaccionar, los rastros de las adicciones que siempre quedan, dan vueltas y hacen dudar. El medicamento es efectivo, mientras nos ayude a darnos cuenta del efecto que nos producen las adicciones, sintiendo las diferencias en la forma de pensar y sentir el día a día. Después será trabajo personal, y/o junto al terapeuta, para encontrar los motivos por los cuales no podemos tolerar lo que nos rodea, sin la necesidad de encerrarnos en nuestras propias cajas de cristal. Las cuales todos tenemos, pero la diferencia está en cuánto y en cómo las usamos.